Una opulencia procedente de los años 70, de los que toma sus detalles sartoriales, siluetas slim, materiales preciosos y colores saturados. Para cabellos largos y medios conviven perímetros geométricos, escalados y gradaciones, que garantizan una extremada versatilidad en el peinado, desde el rizado más voluminoso hasta el liso más suave. Los cortos, en cambio, son muy femeninos, gracias a la suavidad del flequillo y al juego de tramas de los perímetros. El cobre se convierte en “Blorange”, gracias a los matices pastel. Alternativa reciente del “Licys”, con el rosa fusionado con el amarillo. El hombre tiene cabellos medio/cortos que dan la libertad de quedarse despeinado o el rigor del efecto supersleek.
Fusión de día y noche, combinación de estilos, tejidos y tendencias que se mezclan y hacen que todo sea idóneo para cada ocasión: tejidos técnicos, encajes y sedas, formas fluidas, colores oscuros pero iluminados por resplandores metálicos. Los cabellos son intensos, con la vuelta del negro, desdramatizado pero con matices azules y la asimetría de las formas para devolver vigor incluso al clásico bob. Con marrones fríos se obtienen aclaramientos tono sobre tono que dan vigor al beige, formas suaves y flequillos contundentes animan los medios/largos, permitiendo libertad en el estilo. La Amatista es el toque de audacia de la temporada: enfatizado por formas peculiares, con perímetros deshilados y tramas desestructuradas. El hombre es unisex y tiene formas más rebeldes, despeinadas, rizadas, sin matices definidos pero ricos en tramas con las que jugar con el estilo.